La capitana de Karina
El periplo de Romina Diez: desde el viaje a Cuba que la marcó hasta ser la referente de La Libertad Avanza en Santa Fe
En 1994 –cuando la madre de la diputada logró que la familia concretara aquel viaje formativo– Cuba atravesaba el final de una de las etapas más críticas del Periodo Especial. La caída de la Unión Soviética en el 91 y el recrudecimiento del embargo estadounidense restringió el acceso a hidrocarburos, lo que generó una transformación en la sociedad cubana y su economía. La isla se vio obligada a realizar reformas en agricultura, reducir el uso de medios de transporte, reacondicionar su industria, sus servicios de salud y racionar el acceso a productos de consumo masivo.
Romina contó que se alojó en un hotel cinco estrellas en La Habana junto a su familia y que con su madre pudo recorrer las distintas realidades de la capital y Varadero. Y sentir el contraste con las de su Rosario natal, que giraban en torno al colegio, el apoyo escolar barrial, las clases de equitación y el hockey. “Vi las libretas de racionamiento, vi cómo tenían que hacer con el arroz, con el pan duro… la gente que andaba descalza y te pedía que le compres cosas. Padecimos los cortes de luz en el hotel, nos pasó de todo”, detalló de su experiencia. “Y después –completó Diez–, en la playa también la pasé muy mal porque estás comiendo y te miran con la angustia del hambre. Cero libertad. Un país totalmente derrotado, sin fuerzas, eran muertos en vida”. La experiencia cubana, sumado a un viaje previo a los Estados Unidos donde la libertaria conoció “el capitalismo en su máximo esplendor”, redireccionó su vocación por lo social a la lucha contra las ideas que, entendía, estaban detrás de ese mal vivir que experimentó en la isla caribeña.
Resiliencia y sonrisa
Romina Diez (45 años) es economista, está separada y tiene una hija adolescente de 13 años con quien comparte una vida cruzada por la política partidaria. La dirigente y diputada nacional libertaria desde 2023 vive a un ritmo frenético que reparte entre la crianza de la joven Elena, los viajes a la Capital Federal, las reuniones de rosca sin fin, los teléfonos estallados y la vorágine de las campañas electorales en años impares. Su padre fue un inmigrante y comerciante español proveniente de la región autónoma de Castilla y León; su madre es una entrerriana que llegó a Rosario para trabajar. La pareja se casó al poco tiempo de conocerse: Genadio tenía 29 años y Amanda 19. Tuvieron dos hijos. Eduardo, el mayor, falleció a los 23, cuando Romina tenía apenas siete.
El padre fue el dueño de Bowling 10, una sala de videojuegos y bolos que estaba en diagonal a la sede céntrica del Jockey Club. El negocio familiar tuvo su momento de apogeo en la década del 90, para comenzar a languidecer en la segunda década del 2000: “Mi viejo era un alto personaje. Lo conocían todos en la peatonal Córdoba”, dice Diez. El hombre siguió yendo a la oficina de su local, aun después de sufrir un ACV y con su diabetes a cuestas. Trabajó hasta el final de su vida. La referente de LLA en Santa Fe aseguró que su padre nunca votó en Argentina, ni sentía interés alguno por la política, algo que Romina comparte con él: “Todo el mundo odia la política. Hoy paso por este mundo [el político] por un tema ideológico, porque lo hago con mis amigos. Pero a mí no me gusta, aunque suene extraño. Yo siento que hago esto para aportar mi granito de arena en defensa de mis ideas, pero después hay que irse. Es un ambiente muy contaminado”.
La pérdida de su hermano Eduardo fue un golpe duro para la familia y la razón que la une, en un fuerte vínculo, con la fe católica, a través de la acción social. Práctica que comparte con su madre desde esos años. Ambas son devotas de la Virgen María.
El camino de la libertaria
Diez se licenció en Economía por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) en 2004. Entró a la facultad de Ciencias Económicas y Estadística en 1998, en plena “crisis del rublo” ruso y con una economía argentina que se encaminaba a la recesión en su tercer trimestre. Por entonces la convertibilidad de la década menemista empezaba a dar señales serias de agotamiento y se llevaba puesta la imagen del presidente Carlos Menem, en un contexto de crecientes denuncias de corrupción contra la administración peronista. La ahora diputada nacional se formó como profesional durante ese periodo de transición del ciclo neoliberal. Entre un menemismo en decadencia –gobierno de la Alianza incluido– y el ascenso kichnerista tras la salida del 1 a 1 que asumió el presidente Eduardo Duhalde, bajo la conducción de su ministro Jorge Remes Lenicov.

La facultad por la que transitó Diez fue la de la consolidación de la restauración neoclásica que sobrevino con la democracia alfonsinista: “Mercados en equilibrio y modelos matemáticos”, sintetizó Norma Lanciotti, docente de Historia Económica y Social de la UNR, para referirse al enfoque académico de la facultad a finales de los 90. La tarea de barrido y limpieza que mandó a cuarteles de invierno al cuerpo docente liberal ortodoxo que entró con el Proceso de Reorganización Nacional estuvo a cargo de cuadros como Ángel Sciara. El exministro de Hacienda santafesino durante los gobiernos de Hermes Binner y Antonio Bonfatti, junto al grupo de docentes y profesionales que tomó el control de la facultad con la vuelta de la democracia, tuvo entre sus apuntados al catedrático Rogelio Pontón, un contador público de ideas ortodoxas venerado en los círculos liberales de Rosario como la Fundación Libertad (FL) y la Bolsa de Comercio (BCR), espacios donde trabajó y dejó numerosos discípulos. Para finales de la dictadura, Pontón era el director del departamento de Teoría Económica de la facultad y en ejercicio de ese rol introdujo en la carrera la enseñanza y bibliografía de la Escuela Austríaca, con autores como Friedrich Hayek y Ludwig von Mises, e invitó a Alberto Benegas Lynch (h) a disertar sobre pensamiento austríaco en la UNR. Todos son figuras del firmamento ortodoxo que suelen ser citados por Javier Milei en sus intervenciones públicas, desde antes de ser presidente de Argentina.
Tanto Sciara, como el fallecido Pontón (2013), pero sobre todo el presidente Javier Milei, son profesionales de la economía que tuvieron diferente peso e influencia en la formación y desarrollo profesional de Diez. El primero como docente de Macroeconomía: “¡Sciara me dio a [Michał] Kalecki. Era prácticamente la única universidad del mundo en donde se lo estudiaba. Me llegué a fijar en los programas de otras universidades y creo que se daba solo en una rusa, pero nadie daba Kalecki”. El economista polaco heterodoxo es considerado el predecesor de John Maynard Keynes, a quien libertarios como Milei asocian con el socialismo y la mala praxis dentro de la teoría económica. La diputada libertaria, si bien recordó con cariño y respeto a Sciara, aseguró que se encuentra en la vereda opuesta al pensamiento económico del militante socialista y docente neoclásico jubilado.
En cambio, la figura de Pontón en la formación profesional de Diez es una derivación proxy de su paso como becaria del programa de formación de la Bolsa de Comercio en 2004, donde Pontón cumplía funciones como director de Informaciones y Estudios Económicos y responsable del Informativo Semanal, una publicación de orientación austríaca que el exdirector de la FL dirigió por más de 20 años. Pero el que introduce a Diez en el radar del contador va a ser el economista, sinólogo y docente de macroeconomía de la UNR, Diego Marcos –uno de sus últimos discípulos–, que la recomendó para el cargo de docente cuando este era decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL). La referente rosarina de LLA en Santa Fe realizó trabajó docente en la UNR y como profesora en la universidad de la Iglesia Metodista Argentina, entre 2008 y 2019: “Di varias materias ahí. Estaba mucho tiempo en la universidad y los jueves a la noche hacíamos una cena que organizaba Pontón. En esos encuentros de profesores, él nos iba hablando mucho [de economía] y fue un referente muy importante para mí. Un tipo maravilloso, de los que más me enseñó sobre teoría económica y autores, junto a Walter Castro [vicepresidente y director de Asuntos Académicos] de FL, y Javier Milei”.
Previamente, en 2006, Diez se incorporó a trabajar como investigadora junior en FL a través de Marcos, que la tenía conceptualizada como una “liberal clásica”. Allí tuvo un rol discreto durante dos años y ocho meses, en los que dedicó su tiempo a los estudios económicos orientados al desarrollo de políticas públicas. Tarea fundamental –junto con la captación de talentos en universidades y la formación de cuadros técnicos y políticos– en instituciones del tercer sector, porque son las que les permiten acercar sus ideas al sector público. Un ejemplo reciente de lo anterior es el informe “Una motosierra para Santa Fe” que le presentó Gerardo Bongiovanni (presidente de FL) al gobernador Maximiliano Pullaro en 2024. Allí se propone una hoja de ruta para privatizar empresas públicas y reducir el gasto en la provincia que va en línea con la visión que comparten el presidente Milei y su ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. “El coloso” de Rufino es un economista valorado y de trato habitual con las autoridades de la fundación.
Los años como profesora en la UCEL van a ser los del desarrollo de Diez como consultora independiente, incluido su paso por el ministerio de Asuntos Exteriores del reino de España y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside el expresidente español, José María Aznar. En 2020 –durante el encierro obligatorio por la pandemia de Covid-19–, Diez comenzó a desplegar una faceta de influencer financiera en Instagram y divulgadora económica como columnista en Ámbito Financiero, Cristal FM 107.9 y en Radio Rivadavia Rosario. En paralelo, la pandemia sirvió como espacio virtual para la consolidación del vínculo de amistad con Milei: “Javier me enseñó muchísimo. Me hacía leer papers en la cuarentena, me hacía estudiar y analizar y [me preguntaba] cómo lo veía yo. Me enseñó mucho sobre el proceso decisorio, incluso de la vida, no solo de la economía. Para mí es un gran maestro”.

El sinólogo Diego Marcos describió a Romina como alguien que siempre tuvo atributos sociales para la política: “una chica easy going”. Modismo que los norteamericanos usan para describir a “personas relajadas, calmas y sin demasiadas complicaciones”. Una consulta con la IA aseguró que “son mujeres independientes, seguras de sí mismas. Personas empáticas y respetuosas. Autosuficientes, naturalmente divertidas y con las que resulta muy fácil conectar”.
Cuando se le preguntó por su relación con los Milei, Diez describió a los hermanos como sus amigos desde antes que LLA fuera un partido nacional o que ella aspirase a una banca en el Congreso de la Nación. “En pandemia –recordó la ahora diputada nacional–, un día Javier me dijo: ‘Nuestra batalla ideológica llegó hasta acá, si queremos avanzar en algo nos tenemos que meter en el barro de la política’”. Diez tomó ese llamado a la acción como una señal para “intentar cambiar esto” a través de las ideas libertarias que comparte con los hermanos presidenciales desde la adolescencia. “Romina tiene una relación más personal que política con Karina [Elizabeth Milei], lo que le da rienda suelta para construir [políticamente en la provincia]. Ahora, todas las decisiones se toman de forma jerárquica, todo pasa por Karina y baja al territorio. No hay jefes locales: Romina es la referente, pero no la jefa”, aseguró a Iceberg un dirigente que fue parte de Cambiemos durante el gobierno de Mauricio Macri.
Una pandemia violeta
La construcción del espacio libertario en Rosario empezó “entre finales de 2020 y principios del 21”. Quien recordó esto es el arquitecto y referente de LLA Diego Dolce, parte del grupo de “cuatro o cinco locos que nos juntábamos a conversar [sobre las ideas libertarias] y tomar mates en una plaza” durante la pandemia. Ese primer núcleo militante conformado por Romina Diez, David Malaguarnera, Agustín Pellegrini y el propio Dolce se conoció siguiendo las charlas y conversatorios del economista minarquista de Corporación América. Tiempo después se sumará Juan Pablo Montenegro, un abogado que fue colectivero y policía, y que en la actualidad es el apoderado del partido, junto a Marcos Peyrano. “Empezamos a coincidir en eventos organizados por la FL que tenían como protagonista a Javier Milei”, reconstruyó Dolce, que se desempeña como funcionario de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) de Santa Fe. En uno de esos encuentros, el XVI Congreso de Economía Provincial de diciembre de 2020 que se realizó de forma virtual por la crisis de coronavirus, el ahora presidente Milei pronunció un discurso crítico contra el gobierno de Alberto Fernández, al que calificó de "genocida" y afirmó que el país atravesaba la peor crisis económica de su historia.
La figura de Diez rápidamente tomó ascendencia dentro de Fuerza Libertaria, una agrupación local que se referenciaba en Milei y que se desactivó con la conformación del partido nacional. Agustín Pellegrini, en ese momento un estudiante de agente de seguros de 21 años, rápidamente se volvió la mano derecha de la economista rosarina. Lealtad que, al cabo de cuatro años de seguirla a sol y sombra, le fue retribuida con el primer lugar a diputado nacional en la lista santafesina de LLA para la elección nacional de 2025.
Distinta fue la suerte de David Malaguarnera, que en agosto de 2024 quedó envuelto en un hecho de supuesta corrupción relacionado con la distribución de prendas para personas vulnerables que había dispuesto Karina Milei desde la Secretaría General de la Presidencia de la Nación. El caso fue denunciado en la justicia por la asociación civil Luchadores Latinos y contó con el apoyo del ex coordinador de equipos territoriales de LLA, Rolando Stábile. Este empresario ligado al mundo de la construcción fue expulsado de LLA en respuesta a su decisión de exponer en la prensa las supuestas irregularidades con la ropa donada desde el ejecutivo nacional. Para el momento de la denuncia, Malaguarnera ya tenía a su cargo la Unidad de Atención Integral (UDAI) correspondiente a la zona oeste de Anses. Cargo que aún ejerce y que le fue asignado por Juan Pablo Montenegro, hoy director regional de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). Según consignó Lucio Di Giuseppe en Letra P en mayo del 24, Malaguarnera era además “vicepresidente de la franquicia santafesina de La Libertad Avanza y apoderado de Fuerza Libertaria, el sello personal de Diez” que en 2023 lo había llevado como suplente en la lista a diputados nacionales que encabezó. Después de que se conoció el escándalo, Pellegrini asumió la vicepresidencia de LLA Rosario en reemplazo de Malaguarnera.
Otros miembros de LLA que tuvieron su minuto de atención mediática fueron el ex striper Martín Tomassini, a cargo de la UDAI Zona Norte, al que se lo vincula con Montenegro y Malaguarnera, y el empresario gastronómico Guido Orlandi: actual director de Pami Rosario. Ambos fueron criticados en la prensa política por su supuesta falta de idoneidad para ejercer funciones administrativas en dos cajas sensibles de la administración pública nacional, sobre las que siempre sobrevuelan sospechas de corrupción por parte de la oposición de turno. Tomassini se incorporó a militar en LLA durante la campaña presidencial y legislativa de 2023, y Orlandi se sumó como aportante a la postulación nacional de Diez. El hombre fuerte de la obra social de los jubilados en la región puso a disposición del armado libertario recursos económicos y los establecimientos gastronómicos Queens, que se usaron para eventos de campaña.
La coronación de Pellegrini y de una parte del grupo fundacional que orbita alrededor de Diez se terminó de concretar el sábado 6 de septiembre en Santafest, el evento que montó LLA para la presentación de la lista de diputados nacionales que competirá en octubre. La diputada Diez, una de las oradoras principales en el lanzamiento de campaña, dejó un mensaje claro a la tropa del León: "Necesitamos más legisladores en el Congreso para profundizar lo que ya empezamos. Lo vamos a lograr con la fuerza de la juventud que representa esta lista de candidatos". Entre los asistentes estuvo el renacido Iñaki Gutiérrez y su pareja, la influencer Eugenia Rolón, ex candidata a convencional constituyente por el departamento San Lorenzo. La secretaria general de la presidencia, Karina Milei –amiga y validadora política de Diez desde el momento cero–, en esta ocasión no pudo hacerse presente en Rosario para darle el apoyo presidencial a sus potenciales legisladores a partir del mes de diciembre. “El Jefe” se encontraba velando armas para lo que sería el Waterloo de su armado bonaerense a manos de Fuerza Patria. Una derrota electoral de la que aún se desconoce la profundidad de daño. Y que se suma a una serie de traspiés económicos, parlamentarios y denuncias por supuestos retornos en contrataciones entre la droguería Suizo Argentina y la Agencia Nacional de Discapacidad que tendrían como principales beneficiarios a Karina y su mano derecha territorial, Lule Menem.

La nómina libertaria que competirá en octubre en Santa Fe es “un premio a la militancia fundacional” para un militante mileista como Diego Dolce. Al mismo tiempo, es una demostración de fuerza de LLA frente a sus aliados. En particular, para aquellos que se referencian en la ministra Patricia Bullrich, que asoman recién a partir del quinto lugar o directamente fueron excluidos de la contienda nacional. Es el caso del ex periodista Juan Pedro Aleart, ganador de la elección para convencional constituyente por el departamento Rosario y segundo en la de concejales con el sello violeta que conduce Diez. “Son espacios simbólicos”, se lamentó un operador del Pro, ya retirado, que vivió en carne propia la ficticia invulnerabilidad que recubre a la política cuando se es el partido de gobierno.
A diferencia de 2023, cuando Romina Diez encabezó la alianza electoral para legisladores nacionales que obligó a los libertarios a compartir lista con Nicolás Mayoraz (Vida y Familia) y Rocío Bonacci (Unite), 2025 es el año de la pureza libertaria. La consolidación de la herramienta electoral violeta -y la confianza en la tracción del presidente y la marca LLA- es la apuesta de los libertarios que conduce Diez para compensar la falta de figuras con alto conocimiento público y las denuncias de corrupción que bajan desde Nación. Estrategia que hasta el momento viene de sufrir reveses en las provincias donde no hizo alianzas electorales y que solo le dio un triunfo puro: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Allí, la victoria del vocero presidencial, Manuel Adorni, sobre la candidata porteña de Mauricio Macri fue la ratificación definitiva de Javier Milei como nuevo líder de la derecha liberal argentina.
Romina Diez forma parte de esa renovación de figuras políticas por derecha que tiene al tope de la pirámide del poder al presidente Milei y su hermana Karina. Una mujer de clase media acomodada que proviene de una familia laburante. Formada en la universidad pública, como profesional supo aprovechar sus ventajas materiales y simbólicas, y orbitar los círculos de sociabilidad del poder económico rosarino y hacerse un lugar. Esa perspicacia y olfato para las relaciones humanas le ganó la confianza y el afecto de la mujer con mayor poder en el Estado argentino, que la convirtió en su lugarteniente en Rosario, la referente indiscutida de LLA en Santa Fe.
Diez es una diputada nacional de bajo perfil en el recinto del Congreso. Rara vez habla con la prensa si no se lo exigen las circunstancias y no tiene problemas de afirmar que odia la política y que solo llegó a ese lugar para defender las ideas de la libertad, el propósito declamado de su vida. Principio de revelación que abrazó cuando conoció los padecimientos de la población cubana durante el Periodo Especial en un viaje familiar orquestado por una madre preocupada y un padre inmigrante que al verla le brillaban los ojos.