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Periodismo

Modo Avión | Cruzar líneas que antes eran infranqueables

Bienvenidos al newsletter donde repasamos el estado de situación de Iceberg y adelantamos los temas de nuestro próximo artículo, entre otras cosas

 |  Ezequiel Clerici  |  Modo avión

Bienvenidos al newsletter donde repasamos el estado de situación de Iceberg y adelantamos los temas de nuestro próximo artículo, entre otras cosas

1. Venimos de semanas agitadas desde que lanzamos el proyecto. Con un mix que entrelaza críticas positivas y la curiosidad por la propuesta de Iceberg. Un subibaja de emociones que en mi caso inyecta una adrenalina que extrañaba. Gracias por los comentarios en Substack y en Instagram. Estamos atentos a darles respuesta y estaría bueno que se genere conversación más allá del mensaje buena onda (muy valorado por nosotros) para empezar a construir una comunidad que mejore lo que les ofrecemos. El objetivo de esto es siempre el mismo: conocerlos, establecer una relación de confianza y a partir de esos intercambios producir contenidos y productos que sean valorados por ustedes. La comunidad hoy cuenta con 672 suscriptores, lo que nos ubica más cerca del objetivo de llegar a 1.000. Así que si todavía te queda alguien a quien recomendarle Iceberg, este es un gran momento para hacerlo.

Con esos números en mente empezamos a conversar la posibilidad de armar un evento para vernos las caras, charlar, comer y tomar algo. Todavía no tenemos definido el lugar, aunque una fecha tentativa sería sobre finales de noviembre. A medida que tome forma (o fracase) se lo vamos a contar por acá. Seguimos firmes con la campaña de encuesta para nuevos lectores. Muchas gracias por las respuestas. Las principales variables se mantienen estables aunque en el último repaso surgió interés por la agenda de educación, feminismos, juventudes, ciberseguridad e inteligencia artificial. Tomamos nota de esto para pensar nuevos artículos. 

Algo que me llamó la atención es que si bien la mayoría respondió que le gustaría un podcast de Iceberg (58%), contenido en video y streaming –aprovecho para recomendar Extremos, de Germán y Hernán Lascano–, hubo quienes insistieron con el formato escrito. Un argumento en particular me gustó mucho porque dice: “Me quedo con lo escrito. Hay demasiado para ver y escuchar”, que va en línea con otras respuestas que ponen el foco en un consumo de información segmentado en marcas personales. Suscriptores que perdieron el interés por los diarios digitales y que prefieren contenidos de largo aliento con mirada propia de los temas.

2. El lunes estuvo en Rosario una representación del Foro de Periodismo Argentino (Fopea) para conversar sobre las condiciones de libertad de expresión en las que trabajamos los profesionales en Rosario. La charla se dio en el marco de un evento reservado, por lo que vamos a evitar detalles. Aunque es justo decir que el panorama que se expuso generó preocupación en todos los actores presentes. 

El ejercicio del periodismo en nuestra ciudad se da en un contexto de salarios bajos, precarización, pluriempleo y con los medios cada vez más dependientes de la pauta oficial para sobrevivir. Esta situación debilita los márgenes de maniobra históricos con que los periodistas nos manejamos. Y esto afecta la construcción de una agenda informativa que respete el derecho de la sociedad a acceder a información pública, de calidad, y habilita a que funcionarios y dirigentes políticos se animen a cruzar líneas que antes resultaban infranqueables.

Pero el problema no es solo de una mayor dependencia de la publicidad oficial, sino de una torta publicitaria privada que se achica (o se extingue) frente al alcance y la segmentación que ofrecen compañías como Meta, Google o el mundo de los influencers. Las empresas de medios –en términos generales– continúan atadas a una lógica de creación de contenidos noticiosos (clickbait) y medición de impacto, desconectadas de las necesidades y formas de consumo informativo de audiencias cada vez más fragmentadas. Las redacciones trabajan, mayormente, para alimentar los algoritmos en busca de posicionamiento y atención, mientras se ubica en segundo plano las producciones de contenido de largo aliento, la construcción de comunidad y las agendas de nicho. Todo indica que esto va a continuar en tanto y en cuanto los capitanes de la industria no vuelvan a apostar por el negocio de la calidad informativa y generen mecanismos de adaptación al ambiente de cambio constante que atraviesa la sociedad.

3. Quedé atrapado en la entrevista que le hizo Andrés a Paulina Scheitlin sobre su obra fotográfica y lo que la mueve a producir: la prepotencia de trabajo antes que una idea conceptual o proyecto marco. Hay en Paulina y su obra la nostalgia de una Rosario que se sigue yendo en fade desde el boom de los commodities (2003) y el aumento del narcotráfico. Esta lectura, que no está en la nota de Conti y que es personal, está cruzada por el recuerdo de casas y locales que pasaron a ser edificios, lugares abandonados o negocios de chucherías chinas. Mutación de la ciudad burguesa que en parte se financió con los excedentes que produjo y producen actividades económicas grises y otras ilegales. Todo bajo el paraguas de una corporación política que ofrendó, a esa lógica de mercado, cada habilitación y excepción al reglamento de edificación que se le solicitó.

4. En la próxima entrega vamos a publicar un perfil político sobre el diputado nacional de la Libertad Avanza Nicolás Mayoraz. Este abogado y católico conservador rosarino entró a la primera división de la política apalancado en los 287 mil votos que obtuvo Amalia Granata cuando fue electa diputada provincial por Santa Fe, en 2019. Pero su derrotero en este ámbito se remonta a la militancia en el Centro de Estudios para la Política Exterior Argentina (Cepea), su red de relaciones en el mundo católico, los grupos provida y los sindicatos de Comercio (Rosario), la UOM (Villa Constitución) y la Cooperativa de Trabajos Portuarios de Puerto San Martín, a través del estudio de abogados Mayoraz & Asociados.

5. La recomendación de esta semana es una miniserie de 2019 que me pareció excelente: The loudest voice. Son siete episodios de una hora en donde los creadores diseccionan el tótem en el que se erigió Roger Ailes, fundador de Fox News.

La miniserie está disponible –al menos hasta la última vez que revise– en Amazon Prime y en los torrents. En 2022 se estrenó en Star+, pero como no tengo ese servicio no sé si sigue disponible. Si se les complica encontrarla, dejen un comentario en Substack y vemos cómo ayudarlos.

The loudest voice es adictiva para quienes estamos interesados en el cruce entre política y medios y, en particular, para los que se sienten atraídos por el fenómeno Trump –o Javier Milei–, las nuevas derechas, el anti progresismo y la crisis de la globalización. Cada capítulo se sumerge en las ideas conservadoras de Ailes –los abusos sexuales que llevaron a su caída funcionan como una potente subtrama– y su visión sobre el rumbo que debía tomar Estados Unidos tras la salida de los neoconservadores de la Casa Blanca, con el triunfo de Obama. 

La miniserie, de forma nada ingenua, recorre los 20 años previos a la muerte de Roger Ailies, lo que permite comprender cómo logró convertirse en el principal promotor ideológico de la candidatura y (¿primera?) presidencia de Donald Trump y uno de los responsables del actual giro identitario del Partido Republicano.

6. Por último, un breve aviso parroquial: este viernes a las 18 voy a formar parte de un conversatorio sobre narrativas periodísticas en torno a la seguridad, organizado por la Facultad de Ciencias Políticas de la UNR. La actividad tendrá lugar en el aula 305 y van a ser parte del panel los colegas Agustín Lago (Rosario3, Radio 2 e Infobae), José Maggi (Rosario/12 y LT8) y Silvina Tamous (El Ciudadano). El evento es abierto y no tiene costo.