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Política

El buen pastor

Walter Ghione pasó de ser un hijo de la crisis del 2001 al representante político de los evangélicos en la provincia. De niño entendió que había que abrir la iglesia para romper con la idea de "secta" en católicos y seculares. Inteligente, ambicioso y cultor de buenas relaciones con todos los sectores. Un pragmático que lo único que no negocia es su identidad religiosa

 |  Ezequiel Clerici  |  A fondo
Crédito: María Cecilia Ibarra/Prensa Ghione

Walter Ghione pasó de ser un hijo de la crisis del 2001 al representante político de los evangélicos en la provincia. De niño entendió que había que abrir la iglesia para romper con la idea de "secta" en católicos y seculares. Inteligente, ambicioso y cultor de buenas relaciones con todos los sectores. Un pragmático que lo único que no negocia es su identidad religiosa

El 5 de diciembre de 2019 Walter Ghione se paró frente al estrado de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe acompañado por Ariana, su hija menor. Natalia Armas Belavi y Nicolás Mayoraz, ambos católicos devotos, estaban a su izquierda y el rafaelino y evangélico Juan Carlos Argañaraz, a su derecha. Minutos antes la Comisión de Poderes había rechazado el pedido de impugnación del titular del frente Unite por la Vida y la Familia, José Bonacci, contra estos legisladores electos. El hombre que les había dado la llave partidaria para llegar a la Legislatura provincial quiso quitárselas por la vía administrativa. El sello de Bonacci y la figura mediática de Amalia Granata al tope de la lista celeste le dieron a esa empresa electoral unos 287 mil votos. El equivalente a seis bancas de 50 en la cámara baja santafesina. 

Delante de aquel Ghione de 2019, de traje negro y corbata celeste, se encontraba una biblia protestante. Era la primera vez que un diputado provincial de Santa Fe juraba sobre un texto sagrado no católico apostólico romano. El cambio se había pedido con 15 días de antelación a los encargados de protocolo. Aquel estrado era el final de un camino plagado de dificultades que Arnaldo Walter Ghione comenzó a transitar en 2007, cuando decidió meterse en política. A su vez, era el principio de uno nuevo: construir poder para defender la agenda y “los valores conservadores” evangélicos, en retroceso durante los gobiernos kirchneristas desde su punto de vista. Atrás quedaban el rechazo de parte de su comunidad religiosa a esa elección, el pagadiós de sus primeros aliados y las privaciones económicas de su familia por invertir los ahorros en campañas de elecciones perdidas.

Los primeros años en la Cámara de Diputados fueron de aprendizaje para Ghione. Si bien era su primera experiencia legislativa en un rol protagónico –antes había sido asesor del veterinario Carlos Cossia en el Concejo Municipal de Rosario– para 2019 acumulaba años en el arte de la rosca política como armador por fuera de las estructuras tradicionales. 

El diputado Carlos Del Frade recordó los comienzos de Ghione. Alguien que “priorizaba la escucha a la palabra en las comisiones de labor parlamentaria”, de trato respetuoso con los miembros del cuerpo y decidido a construir terminales con todos los sectores dentro y fuera del recinto. “Es una persona inteligente, con una gran ambición de poder”, en palabras de Del Frade, que además destacó su templanza frente a las provocaciones. Esa inteligencia y ambición se combinan desde sus inicios con un diferencial que solo, y en parte, tienen los partidos tradicionales: capilaridad territorial y volumen de adherentes. La comunidad evangélica, de la que forma parte este pastor rosarino de 42 años, se extiende por toda la provincia –y el país– a través de una red de templos y líderes religiosos que hacen las veces de referentes y unidades básicas. Espacios para la celebración religiosa que pueden albergar de 100 hasta 4.000 personas y al mismo tiempo cumplir la función de tribuna electoral para la instalación de un candidato o la consolidación de una gestión de gobierno.

Ese piso de “fierros políticos” le permitió y permite a Ghione moverse dentro del sistema con un margen de maniobra que cotiza como agua en el desierto para una corporación política desacreditada socialmente que se rige por lealtades partidarias y padrinazgos férreos. Al gobernador Maximiliano Pullaro ese diferencial, sumado al trabajo social y carcelario que realizan los evangélicos, no le pasó desapercibido cuando compartió el recinto de diputados con Ghione entre 2019 y 2023. Eran tiempos en donde el sueño de Pullaro de llegar a la Casa Gris comenzaba a tomar vuelo.

Walter Ghione y Maximiliano Pullaro. Cámara de Diputados de Santa Fe | Crédito: @WalterGhione en X

La muerte imprevista del líder socialista Miguel Lifschitz por Covid-19 significó el fin de la experiencia del Frente Progresista Cívico y Social como ordenador político no peronista y la oportunidad que anhelaba el radicalismo del sur santafesino para asumir el liderazgo de un nuevo proyecto de poder en Santa Fe. El diputado Ghione leyó rápido ese escenario y comenzó a acercar posiciones con el radicalismo sureño enrolado en Juntos por el Cambio (JxC) y con Pullaro en la cámara baja. Aún quedaba un largo camino por recorrer, que lo llevó a fundar y presidir el partido evangélico nacional Una Nueva Oportunidad (UNO) en noviembre de 2019. 

En 2021 tuvo un intento fallido de dar el salto como precandidato a diputado nacional por JxC. En 2023, con estructura política propia consolidada, logró su reelección para la Legislatura provincial como parte del frente Unidos para Cambiar Santa Fe. En el momento en que Pullaro superaba el millón de votos (55,71%) y se convertía en el nuevo hegemón santafesino, dejando tras de sí tierra arrasada en el peronismo, Ghione ya se había transformado en una persona con acceso fluido al oído del electo gobernador. El apoyo del referente evangélico en la campaña será recompensado por Pullaro con la conducción de la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod) y el Centro Especializado de Responsabilidad Penal Juvenil, dependencias provinciales que atienden problemáticas que desde hace años dejaron de ser prioridad para el Estado santafesino, pero no para las comunidades evangélicas con presencia en los territorios donde el consumo de drogas y la delincuencia son parte del paisaje cotidiano.


Génesis
 

Walter Ghione se narra a sí mismo como un hijo del 2001. Cuando terminó el secundario tenía dos aspiraciones: conseguir trabajo en una época donde “no había laburo para nadie” y algún estudio corto que le permitiera una salida laboral rápida. Su hermana mayor Amanda, médica y pastora como él, le recomendó que hiciera la carrera de visitador médico: “Trabajan bastante, viajan y ganan mucha plata". Duró seis meses y dejó. En ese tiempo de incertidumbre se las arreglaba como vendedor de barrales al por mayor para ferreterías. 

En los meses previos al estallido de 2001 empezó a trabajar para una empresa que hacía ventas hogareñas de pago diario, muy comunes en esa época. El trabajo se lo había conseguido una persona de su congregación, Ministerio Jesucristo Pan de Vida. La venta se hacía en lugares humildes y vendían cosas de todo tipo bajo condiciones de repago con altos intereses: lavarropas, ventiladores, sábanas, etc. Walter manejaba la combi y se movía con una vendedora al lado. Salían a dar vueltas por la periferia con el dial puesto en Radio Show, donde Marcelo Tinelli era el rey de las mañanas. Ese trabajo le duró tres meses. 

En diciembre, durante los saqueos, Ghione contó que lo llamaron por radio de la empresa y le preguntaron dónde estaba. Al dar la ubicación y ante el panorama que imperaba en la calle, le ordenaron que debía volver inmediatamente porque “el país había explotado”. Cuando llegó a la base, el que era su jefe le dijo que él y sus compañeros estaban despedidos: “El país se está incendiando, es un desastre total, así que firmen la renuncia y váyanse”. Ese día se tomó el 135 para volver a su casa y a la altura del shopping Alto Rosario observó a la gente protestando con sus cacerolas. Al ver esa imagen se largó a llorar de la impotencia. Tenía 19 años.

 A diferencia de los Juan Grabois o la generación Cámpora –que en aquellos días de furia, muerte y desintegración social tomaron el camino de la militancia política– Walter se volcó a la formación pastoral. En enero de 2002 le ofrecieron realizar un curso intensivo de teología durante un año en la provincia de Buenos Aires (PBA), en el internado del Instituto Bíblico Río de La Plata (Lomas de Zamora). Su tío Aderqui Ghioni (anotado de esa forma por error en el Registro Civil al nacer) había pasado por la institución y “era considerado un prócer”. “Mi tío, que falleció hace varios años, fue reconocido como un héroe evangélico por su labor pastoral como misionero en todo el país”, detalló. 

Walter, quien era considerado el "sobrino de..." estaba acostumbrado a ese trato entre la comunidad evangélica. Aníbal Ghione (81), patriarca de la familia y apóstol evangélico, su madre la pastora María Benítez (81), nacieron en el seno de familias de pastores pioneros en Santa Fe. Son los fundadores del Ministerio Jesucristo Pan de Vida (Asamblea de Dios) que el último sábado de agosto de 2024 convocó 4.000 personas en Metropolitano Rosario, evento del que participó el gobernador Pullaro, su vice Gisela Scaglia, el intendente Pablo Javkin y la presidenta de la Cámara de Diputados Clara García, entre otros. La hermana y los hermanos de Walter: Amanda (57) y Alberto (56) comparten la tarea pastoral de sus padres con comunidades religiosas a cargo que forman parte de la red de 27 congregaciones que fundó la familia en la ciudad. Alejandro Ghione (49) ejerce su vocación pastoral en España. “Tenemos iglesias en todos los barrios de Rosario, salvo el centro”, detalló el legislador de UNO.

Arriba: Alberto, Amanda, Alejandro y Walter Ghione. Abajo: Aníbal Ghione y María Benítez | Crédito: María Cecilia Ibarra

En ese internado, Walter tomó conciencia que lo suyo era la labor pastoral. “Pero un pastorado diferente al que ejercían los más grandes”, recordó. No en lo relativo a derechos reproductivos, género y familia en los que se autodefine como un conservador evangélico clásico. Si no en la forma de militar la fe: había que "salir de las cuatro paredes del templo". A principios de los 2000, a Ghione le preocupaba como la iglesia evangélica se mostraba frente al resto de la sociedad. Su preocupación pasaba por romper esa extrañeza que aún generaba en católicos y no creyentes la fe evangélica. Otredad que había padecido en forma de cargadas y acoso cuando iba al preescolar en la escuela Ameghino. A finales de los 80 “se asociaba el evangelismo con una secta”, recordó el pastor.

Con el paso del tiempo, Walter empezó a mirar como modelo la historia política de la iglesia evangélica de Brasil, que contrasta con sus padecimientos de niño: “Se metía en los debates públicos, cuando acá meterse en política era prácticamente pecado”. Aunque a esa reflexión le agrega un matiz propio de Argentina: “Acá eso no sucedía porque no había necesidad. Los políticos argentinos –se lamentó el pastor Ghione– aún sostenían valores cristianos y salvo la discusión del divorcio no se habían tocado temas sensibles para la doctrina evangélica”. Al atravesar el seminario contó que sintió que se venía un tiempo diferente para el movimiento evangélico en Argentina. Uno en donde debían tener una representación política propia.


Los primeros pasos

Walter recuerda dos momentos previos al internado en PBA que marcaron lo que de grande se transformó en una carrera política. El primero tiene como escenario Brasil en los 90. Su padre, que siempre estuvo de acuerdo con que entrara en política pese a la frustración que había padecido en una incursión fallida propia, ponía a la familia en el compromiso de ir al culto los domingos pese a estar de vacaciones. Durante una celebración en Camboriú, observó como su papá era invitado por el pastor residente a sentarse adelante junto al intendente de la localidad balnearia. Ese acto de reconocimiento y la figura del político brasileño lo marcó. 

El otro momento se da en quinto grado, durante una visita al Palacio de los Leones, en la que se cruzó por primera vez con el que fuera el primer intendente socialista de Rosario, Héctor “Tigre” Cavallero. Walter, en su recuerdo de niño, lo describe como “alguien grande, deslumbrante, en su momento de esplendor”. La estampa del Tigre fue lo que le sembró el “bichito” de la política.

En 2003 Walter Ghione participó del equipo que organizó la visita a Rosario del pastor norteamericano Franklin Graham, hijo de Billy Graham, un referente de la comunidad evangélica a nivel internacional, que mixturó posiciones progresistas en lo social y conservadoras en lo moral y mantuvo una marcada influencia en la política norteamericana. A diferencia de sus padres, que provienen de la rama sueca pentecostal que fundó la Asamblea de Dios, Walter se identifica con la cultura evangélica norteamericana. 

 

 Para Ghione el trabajo como miembro de la organización del evento de Graham hijo era el equivalente al de un puntero político. Su labor consistía en ir a los barrios y “buscar gente que nunca había ido a la iglesia”. Esos ocho meses de trabajo fueron un aprendizaje sobre logística y movilización de personas. Pero sobre todo, le hizo tomar dimensión de la comunidad que representaba el evangelismo en los barrios de Rosario y comprender su potencialidad a futuro.

Mientras en 2003 se sucedía la visita de Franklin Graham a Rosario, en Brasil un sindicalista y obrero metalúrgico, Luiz Inácio Lula da Silva, llegaba a la presidencia por primera vez, en una coalición que incluía el apoyo de comunidades evangélicas al Partido de los Trabajadores. En Argentina comenzaba a gestarse la transversalidad política propuesta por el expresidente Néstor Kirchner sobre la base del trabajo de recuperación que inició Eduardo Duhalde. “Nosotros teníamos una imagen muy buena de Kirchner, la iglesia evangélica apoyó mucho a su gobierno. Sobre todo por la idea de reactivar la economía a través del consumo interno y la generación de trabajo”, recordó Ghione.

 El lugar al que primero se acercó para formarse políticamente fue el peronismo: "En la ‘Escuela de formación política para cuadros militantes’ me ayudaron a entender cómo funciona la política. Ahí lo conozco al Gallego [Alejandro] Álvarez. Me gustaba la visión política netamente peronista que tenían, pero nosotros necesitábamos ser más amplios. No insertarnos en un solo partido sino en muchos. La doctrina peronista fue muy buena para una determinada época histórica, pero hoy en día la política se concibe desde otro lugar”.

La discusión respecto a los derechos reproductivos y el matrimonio igualitario le darán forma a la primera agenda política de Ghione: “Nosotros [en 2009] veíamos que el tema del aborto se estaba gestando, más acá en Rosario con un gobierno socialista que era muy fuerte. Lo mismo con el matrimonio igualitario, que queríamos que fuera unión civil. Mismos derechos, pero que se reserven los géneros hombre y mujer para [el uso de la palabra] matrimonio”. 

La universalización de derechos que llevó adelante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (CFK) fue observada con preocupación por los sectores evangélicos conservadores en aquella época: “Cada vez se iban metiendo un poco más con nuestra educación, con el argumento de que era una ley”, recordó Ghione. “Lo que nosotros queríamos y queremos es estar en la mesa de debate y que se escuche nuestra voz”. Ahí entendió que tenía que aspirar al legislativo provincial y luego pasar a la Nación, donde se discute la agenda que más interés despierta en su comunidad religiosa. Pero también fue consciente de que no tenía la estructura, no contaba con el apoyo cerrado de las congregaciones, ni los votos para llegar a esas instancias y se metió de lleno a construir en Rosario.

 
De la ciudad a la provincia y de ahí… 

El exconcejal Carlos Cossia contó que el nombre de Walter Ghione se lo acercó el actual secretario general del Sindicato de Recolectores de Residuos de Rosario, Marcelo “Pipi” Andrada. El veterinario y empresario rosarino había llegado a un acuerdo con Andrada para armar una lista que competía por una concejalía en Rosario en las legislativas de 2013. El binomio contaba con el sello electoral Unite con Fe por la Cultura, Educación y Trabajo, propiedad del operador político José Bonacci, hoy enrolado en las fuerzas del cielo mileistas como asesor legislativo de su hija y diputada nacional por la Libertad Avanza, Rocío Bonacci. Al armado que encabezaba Cossia le faltaba una base territorial que les permitiera ampliar el electorado céntrico que podía traccionar la figura del veterinario al tope de la boleta.

Carlos Cossia y Ghione en el 40 aniversario del Ministerio Jesucristo Pan de Vida | Crédito: María Cecilia Ibarra

El padre de Walter, miembro destacado del Consejo de Pastores de Rosario, Aníbal Ghione, es quien le sugiere a Andrada que incorpore al menor de sus hijos como tercero en la lista. De las palabras de Cossia se desprende que el “Pipi” buscó el apoyo del patriarca con el objetivo de llegar a la comunidad evangélica. El Ministerio Jesucristo Pan de Vida tiene representación territorial en casi todas las zonas de Rosario, salvo una: el centro. 

Cossia destacó del menor de los Ghione que “tenía muy buen manejo barrial en lugares muy humildes”. “Tuvimos abiertas las puertas de todas las iglesias evangélicas, lo que significó [llegar con la campaña a] un número de gente altísimo, y a su vez nos comprometió con Walter para serle útil a la comunidad evangélica”. La lista del doctor Cossia obtuvo 29.492 votos que le permitieron ocupar una banca en el Concejo Municipal de Rosario. Walter se quedó afuera en esa oportunidad, pero no estaba desilusionado. Sabía que había dado un paso importante en su naciente carrera política. En el rol de asesor de Cossia, conoció las dinámicas de la política local y enfocó su trabajo en proyectos de contención social. Aprovechó su paso por el Concejo para generar vínculos con los ediles “provida” e identificó terminales de cada sector político en la provincia y nación. Los cuatro años en el recinto le enseñaron que existe una instancia que es pública en la que funciona “el juego de la política” y otra que es puertas adentro donde se negocian y resuelven los temas. "Ningún problema [en política] puede llevarse a una instancia personal”, sentenció.

 
El camino del pragmático

La campaña legislativa de 2015 fue traumática para el tandem Cossia-Ghione, que se había propuesto llevar al primero a la Cámara de Diputados provincial con la boleta de Unite. El toma y daca de ese acuerdo era que si el veterinario alcanzaba el objetivo, Walter asumía su lugar en el Concejo. Por su parte el ex Modin Bonacci se beneficiaba con el solo hecho de mantener activa su pyme electoral. “Nuestra campaña era con las iglesias evangélicas. La gira provincial de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias [Paso] duró tres meses”. Walter –casado y con dos hijos– contó que hasta ese momento había invertido solo una parte de los ahorros familiares en esa empresa. Cuando supo que Cossia había pasado a la general metió “toda la carne al asador". 

La decepción llegó la noche del 14 de junio de 2015, cuando en el recuento provisorio los socios tomaron conciencia de que el número que habían proyectado era matemáticamente imposible. Cossia obtuvo 67.150 votos (2,6%) y no logró entrar en el reparto de bancas. El Frente Social y Popular de Carlos Del Frade y Mercedes Meier se quedó con los dos lugares en disputa con Unite tras alcanzar el 3,57% de las voluntades santafesinas. “Esa campaña –recordó el pastor y actual diputado provincial– me llevó a resignar mi propia casa, irme de viaje, cambiar el auto…”. “La noche de la elección fue mi gran desilusión en política”, sentenció.

Once días antes, el 3 de junio de 2015, se llevó a cabo una movilización de mujeres en 80 ciudades de Argentina bajo la consigna Ni Una Menos. Esa protesta contra la violencia por motivos de género y los femicidios dio la vuelta al mundo. Era el comienzo de la lucha de ese sector por instalar la discusión para la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), una barrera infranqueable para evangélicos, católicos y seculares conservadores que ya tenía un frente abierto con la aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI) en el país. 

Crédito: Universidad Nacional de Córdoba

Al igual que otros referentes conservadores, Ghione leyó la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito como una oportunidad: la de asumir la representación de su comunidad religiosa por la negativa en la cancha de la política. Walter venía de la experiencia de 2008, cuando el Concejo rosarino sacó una declaración a favor de que se trate en el Congreso de la Nación la IVE. Ese apoyo de la política rosarina tuvo el rechazo de la iglesia católica y un sector de las comunidades evangélicas, aunque no logró volverse masivo. Un número importante de las congregaciones evangélicas locales –explicó Walter– rechazaron la idea de movilizar por razones políticas. 

“Si defendés la vida, la familia y la educación basada en principios y valores, compartí la única boleta electoral que levanta estas banderas. #VotaValores #VotaXlaVida #GhioneDiputado #SoyProVida #ConMisHijosNoTeMetas” con ese mensaje en Facebook y la boleta de la Alianza Espacio Grande, Walter Ghione hizo campaña como candidato a diputado nacional por Santa Fe en la lista 501. El frente agrupaba al Partido Conservador Popular, fundado por el peronista y exvicepresidente de Héctor Cámpora, Vicente Solano Lima; Compromiso Federal, creado por el exgobernador de San Luis y referente del peronismo, Alberto Rodríguez Saá; y Unión por la Libertad que en ese momento conducía la ex militante de Montoneros, Patricia Bullrich, y formaba parte de la alianza Cambiemos.  

El espacio de Ghione superó las Paso y en las generales quedó último. Además de lo variopinto de la Alianza Espacio Grande, en el discurso del candidato evangélico aparece el hashtag #ConMisHijosNoTeMetas”, un movimiento social compuesto por personas que se oponen a que niños, niñas y adolescentes reciban Educación Sexual Integral (ESI) por considerarla una “ideología de género” que viola la patria potestad. Dos de los personajes más importantes para este tipo de asociaciones que rechazan el “marxismo cultural” son el bestseller Agustín Laje y el abogado y escritor Nicolás Márquez. Laje, un politólogo cordobés y conferencista internacional de extrema derecha, fue mencionado por el presidente Javier Milei como su sucesor, si logra reelegir en 2027.

En esa elección de 2017 otra que compitió en las Paso y se bajó de las generales fue la ex modelo y panelista en programas de la tarde Amalia Granata. La mediática compitió por el sector del “Gallego” José Manuel De la Sota dentro de la coalición electoral 1País, que lideraban por entonces Sergio Massa, Margarita Stolbizer y Victoria Donda. El exconcejal de Rosario Diego Giuliano era la figura de mayor trayectoria en la provincia. Granata no superó a Giuliano en la interna, pero cuadruplicó los votos de Ghione –que sacó poco más de 10 mil– con un discurso centrado en aumentar el número de Comisarías de la Mujer y denunciando misoginia por parte de la corporación política santafesina.

La marea verde feminista que desató el tratamiento de la IVE durante el gobierno de Cambiemos no tomó por sorpresa a Ghione. “Macri sale a decir que va a mandar al congreso la ley de aborto legal para que se debata. Esto me lleva a tener una interna dentro de la pastoral en la previa, ya que mi posición era que teníamos que salir a trabajar fuerte en contra del aborto y ellos decían que [el diputado nacional Albor] Cantard les había comentado que la ley no estaba en la agenda del presidente”, puntualizó el dirigente evangélico. Antes recordó que durante el gobierno de CFK fue la exdiputada provida Cynthia Hotton quien les aseguró que la entonces presidenta no daría curso a la ley IVE en su gestión, compromiso que Cristina cumplió.  

La historia es conocida: el proyecto de Cambiemos logró la aprobación en Diputados, pero se cayó en el Senado de la Nación ante la falta de apoyo presidencial. La intensidad con la que se discutió en ese momento la IVE dejó dos bandos opuestos: pañuelos verdes a favor, y celestes en contra. “A la sociedad argentina le hizo mucho daño [el debate de la IVE] porque metió una grieta sobre otra grieta, pero al movimiento evangélico le hizo un enorme bien. Sobre todo a los que trabajábamos con aspiraciones políticas”, detalló el referente religioso. “Fue la primera vez que el grueso de los evangélicos se movilizó en contra de un proyecto de ley, se politizó por primera vez [sic], e hizo que todo el proceso de concientización política que veníamos realizando se acelerase”, explicó Ghione. 

Crédito: www.csmillennials.com

La construcción electoral a partir del parteaguas de la ley IVE fue un pilar estructural del batacazo celeste en la legislativa provincial de 2019. La candidatura de Granata al tope de la boleta de Unite se logró luego de una negociación trunca entre la mediática y Cambiemos. Walter Ghione le propuso encabezar la nómina para la diputación provincial y ante la falta de una oferta mejor, aceptó. “Nuestra estrategia –se sinceró Ghione– era recolectar todos los votos provida que ella tenía para nuestro espacio”. El resultado de ese acuerdo derivó en un cimbronazo en la política provincial, con ecos nacionales, cuando se conoció el escrutinio provisorio de 2019. El triunfo derivó en una pelea interna por el liderazgo del espacio que hizo que se partiera en dos bloques: Amalia Granata sumó a Betina Florito y conformó “Somos Vida” y Ghione se juntó con Nicolás Mayoraz, Natalia Armas Belavi y Juan Argañaraz en “Somos Vida y Familia”. En la actualidad Mayoraz y Argañaraz forman parte de La Libertad Avanza. 

Para 2021, luego de que Ghione armó el partido evangélico Una Nueva Oportunidad (UNO), tanto él como Florito eran monobloques. El diputado primero se acercó a JxC, con quienes mantenía buena sintonía en la tarea legislativa provincial. En el escenario nacional se identificó con las figuras más duras del espacio: Mauricio Macri y Patricia Bullrich –por quienes hizo campaña en 2019 y 2023–. Mientras que, por el lado radical, miraba con buenos ojos el armado de Maximiliano Pullaro con el objetivo de obtener la gobernación en 2023.  

Cuando Pullaro primero suma a Ghione y su partido como parte de Unidos para Cambiar Santa Fe, y luego en la práctica el gobernador lo reconoce con la administración de lugares de poder en áreas sensibles como seguridad y prevención de adicciones, el pastor cierra un círculo de construcción al que dedicó más de una década al tiempo que abre una nueva etapa. A diferencia de otros políticos que profesan la fe evangélica, Ghione es un evangélico que hace política. Y no solo logró su reelección, sino que coronó el objetivo por el que se integró a ese mundo: erigirse como el representante de los evangélicos dentro del sistema de poder en la provincia.